jueves, 17 de abril de 2014

El limbo...

Que profunda es la nostalgia cuando el tiempo pasajero se amotina en un momento. Que consuelo el pasatiempo. Que rastreros los segundos cuando apuran los cimientos de lo que se inventa entre momentos. Que distantes los futuros, si es que errantes van los surcos entre ahora y lo siguiente. Es el temple del encuentro en que se friza de repente lo que era y no será. Es un limbo sin tiempo, un instante sin medida, sin bajadas, sin subidas, sin lo que antes profesaba. La mirada cruzada, es tu voz enmarañada de ecos viejos... resonancias.

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